domingo, 3 de agosto de 2008

RECURSOS NATURALES-LA FAUNA SILVESTRE COLOMBIANA (UNA HISTORIA ECONÓMICA Y SOCIAL DE UN PROCESO DE MARGINALIZACIÓN)


Desde épocas precolombinas hasta la actualidad, la fauna silvestre ha ocupado una posición fundamental en el desarrollo de los grupos sociales colombianos, tanto en términos simbólicos como materiales. Sin embargo, en las últimas décadas del siglo XX esta relación, que partía de una interacción cotidiana entre personales y animales silvestres, se ha transformado en un ejercicio de realidad virtual, en el que predomina una fauna idealizada por la sociedad día a día más urbana, con ámbitos de consumo cada vez más uniformes y con tradiciones que se han disuelto y empobrecido por los mensajes globalizantes de los medios de comunicación.

FAUNA SILVESTRE, ESTRATEGIAS DE CONSUMO E INTERCAMBIO DE LOS GRUPOS HUMANOS

El consumo e intercambio de especies animales comenzó hace milenios para obtener alimento, combustible, pieles y adornos, entre otros productos. En los grupos humanos el desarrollo material va unido al conceptual y simbólico, evidencia de esto se encuentra en la pictografía que expresa la construcción de un universo simbólico relacionado con la fauna.
Muchos productos animales siguieron siendo económicamente importantes durante la colonia, como es el caracol de tinte del pacífico. Según documentación arqueológica, en la amazonia, el aprovechamiento de fauna y sus recursos a través de la caza de subsistencia data de hace 10.000 años y se mantiene vigente en la actividad actual de los grupos étnicos que habitan la zona.

BREVE RESEÑA HISTORICA

Debido a la crisis demográfica generada por la conquista del nuevo mundo y a la pérdida consecuente de conocimientos y tecnologías locales asociadas con los recursos silvestres, unidos a la falta de interés del gobierno colonial, la investigación sobre flora y fauna silvestres solo ganó importancia con el advenimiento de la expedición botánica a fines del siglo XVIII.

Algunos animales fueron y son prohibidos para el sacrificio y el consumo por motivos mágico-religiosos, como ejemplo de eso, la gente del Ariari y otros ríos de los llanos orientales mataban venados no para comer sino para utilizar el cuero.

Algunos animales fueron utilizados para hacer utensilios, como bolsas de cuero hechas con piel de venados y chigüiros, picos de tucán para cucharones, huesos varios para cucharas y conchas de tortugas como recipientes. Las conchas marinas, por su carácter ornamental, tenían gran aceptación y eran objeto de comercio, lo cual hacía de estos productos manufactureros, objetos para el intercambio.

Desde el Siglo XVIII al siglo XIX y hasta fechas más recientes en algunas áreas, la carne y el aceite fueron artículos de gran consumo en toda el área de distribución del manatí y renglón importante del comercio regional y externo.

Hacia finales del siglo XX, en pleno periodo republicano, se intensificó la economía extractiva ya que la industrialización creciente en Europa y en los Estados Unidos, creó demanda para nuevas materias primas y productos. La extracción de fauna aumento progresivamente a lo largo del siglo hasta alcanzar un alto grado de variedad y cantidad de productos exportados, representando un tope en la historia de la extracción.

Por el deterioro de la fauna silvestre, se promulgaron normas para su protección, pero comprendía solamente unas pocas especies de las tantas exportadas. A pesar del incremento de la legislación desde 1954, especies como la anaconda, la boa y los felinos siguieron siendo exportados, hasta finales de 1970.
Igualmente la captura y comercio de primates se incrementó y expandió debido tanto a la demanda de fauna para mascotas como para experimentación biomédica; este comercio alcanzó su máxima intensidad durante 1960, ofreciendo ingreso económico y empleo a grupos étnicos, campesinos y comerciantes de las áreas selváticas de Colombia.

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